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La Marea

La inscripción lapidaria, aquel epitafio promesa envejece en las grietas de mis piedras: “El poema eres tú” fue acaso mi última certeza.  Se...

Inédito

Un recuerdo distintivo, aún sostenible, acaso incorruptible o protegido. ‎Una breve interrupción del curso de las cosas, paréntesis o inciso. Una escala; quizás un desvío... refugio y guarida, o un suministro de oxígeno; una fuente de energía, una grieta donde mirar con otra luz el mismo día, la montaña sin sequía, la belleza sin fronteras, el mar sin lejanía, la ternura de esta fiera; despertar de tu lengua en la mía.

Noches llenas de lemas y consignas, de licor, de risa; noches incompletas, pero noches tuyas, noches mías; musa de penas y poemas, de adiós, de espera, de alegría... Tú, la más hermosa compañía: fuiste más que un beso de varias despedidas.

Abrir los sentidos a tus sonidos y los míos; insisto, a tu dulce voz eco de tus ojos, irrepetible, al calor de tus manos sensibles, a un color casi invisible y a un olor distinto: como huelen los días libres, los trayectos y caminos desde una ventana, la resaca en la mañana sabor a vino tinto y los días impredecibles de un fugaz destino... breve, pero bien vivido. Eso, olvida el resto, sólo esto fuimos: un fugaz destino, breve, pero bien vivido y con puntos suspensivos...‎