Destacado

La Marea

La inscripción lapidaria, aquel epitafio promesa envejece en las grietas de mis piedras: “El poema eres tú” fue acaso mi última certeza.  Se...

In crescendo







Entre hormonas y alcohol en sangre
Me habitas y te contengo,
Entre el frío de mis huesos y el calor de mi pecho
Me abrazo a tus ausencias y te espero.
Ah, lo escribo y casi me detesto.
¿Dónde estás, agua de mis inviernos?
Me urge sembrarte en mi cuerpo.
Te guardo el ingenio de mi lengua, 
Entre mis piernas te aprieto,
Sólo a tus manos buscan mis pechos.
¡Ay de ti cuando mis dedos te toquen!
¡Ay de mí todo el día, toda la noche!
Ahogados en un riachuelo,
Revivir y prendernos en fuego.
Tállame en tu madera, 
Toma la curva de mis caderas
Tuya, a pedazos, íntegra, entera, 
Sedienta, tierna, violenta, ¡satisfecha!
Antes de que estés despierto voy a vaciarte completo
Cual prometido, abundante, espeso,
Merecido, torrencial, engullido y devuelto: ¡Obsceno!
¿Puedes sentir el movimiento?
¿Tú sabes cómo me muerdo cuando te pienso? 
¿Cómo me ardes por fuera y por dentro?
¿Sabes que voy a cobrarte todo, todo lo que me has hecho?
¿Sabes que voy a darte todo lo que no me han hecho? 
¿Que voy a devorarte como animal en celo
Y aunque seas bestia salvaje, no te tengo miedo?
Ven, te reto,
Vayamos a duelo:
Mátame‎ adentro,
Mar adentro,
Más adentro,
¡Adentro!
¡Adentro!



4 comentarios:

  1. Un torrente de emociones se agolpan en mi al leer éstas líneas.
    Hermosas y atrevidas.

    ResponderEliminar
  2. Me tejo un sol a la salud de este poema

    ResponderEliminar