Destacado

La Marea

La inscripción lapidaria, aquel epitafio promesa envejece en las grietas de mis piedras: “El poema eres tú” fue acaso mi última certeza.  Se...

Fuego en el agua

Sal de ese desierto,
Ven al mar conmigo.
Nada en mis aguas,
Deja que mi amor te moje las ganas
Y te corra por la espalda.
Deja ese desierto,
Que mi sal sea tu única sed:
Bebed de mi playa,
Mar adentro.
Deja que mi sol caliente tu mirada,
Déjame ser el fuego en el agua
Y hundirme dentro de ti
En llamas y mojada.

Bonito

Quiero dormir contigo
Cien cosas ya te escribí 
Y te juro lo más lindo que he sentido 
¡Es querer dormir contigo!
Tenerte cerca de mí
Descansar los ojos de verte
Y no verte pero saberte mío
Dormir y aun así vivir
Al fin con más sentido 
Sudando como amantes
O arrullados como niños‎
Soñar o desvelarme
Lo que quieras 
¡Pero contigo!
Para tenerte
Y no verte
Pero saberte mío






Hoy tengo tiempo

Hoy tengo tiempo para recibirte con besos y bañarme contigo;
Hacerte parte de mi cotidianidad sin dejar de maravillarme en tu abrigo,
Ni de advertir lo extraordinario en tus almohadas y nuestro vino.
Claramente lo imagino:
En las noticias con sólo mirarnos nos reiríamos
de los mitos y la excusa del destino,
reservando la boca para el descanso del silencio compartido 
y uno que otro mordisco...
Honrar aquello de ser amantes sin dejar de ser individuos.
Tengo tanto tiempo que hasta podríamos darnos el lujo de aburrirnos.
Tengo tiempo para contar los días de nuestro recorrido
y decirte "ven, ya es hora de que estés conmigo".
Hoy tengo todo el tiempo del mundo y te quiero a ti para vivirlo.

Delírium trémens

Mira si estoy perturbado
Que tu amor me ha condenado
A la nostalgia y la adicción.
En vez de sentirme liberado,
Tu mejor verso es mi maldición.

Los lugares comunes románticos
Se funden cual tormento de Allan Poe.
La noche se llena de sombras y látigos
Y con llagas en las manos de náufrago,
Al monstruo creado descubro con horror:
Era mi único dueño y ahora te extraño.
¡Qué amargo el asco que produce el amor!

La hipotermia de tu ausencia,
El incendio de tu presencia;
Todo contigo, nada sin ti.
¡Qué espanto sentir así!
Temblar la abstinencia,
Tu maldita prudencia,
La intermitencia de morir y vivir;
Dormir con fiebre a cuarenta grados,
Besar pensando en tus labios, sí
¡Tocarme sin tus manos!
Escribirte,
Morderme hasta que sangro.
Reprimirte,
Reducirte a poesía como si sirviera de algo.

Peor que enamorado,
Obsesionado, desvelado te descarto
Mas tu rostro me acecha y nunca me salvo.
Del silencio a la alegría sólo están tus pasos;
Del poema a la pornografía, tus labios.
Clavando mis uñas a tu voz, aferrado,
Evadiendo la muerte hasta estar a tu lado.

Mira que estoy perturbado
Y ni siquiera te amo.





A fuerza de besos


Solían quererme más en navidad 

Y me llenaban de promesas en víspera de año nuevo; 

No había veranos sin sueños...

No hace falta huir porque se te escapó un te quiero.

Tengo edad para saber que siempre está enero 

y que todo verano termina en invierno.

Llámalo experiencia y no recuerdo.

No necesito prudencia ni argumento;

Que si la distancia, que si el tiempo,

Ni hacen falta tu valor ni tu miedo.

Aún en tu silencio, yo piso firme:

No esperes que te olvide

No olvides que te espero

Y nos diremos todo a fuerza de besos.


Poetry

My home's wherever you are
My song's wherever you sound
Ache for you burning inside
Bewitched by your spell
High water or hell
Prints you all over my skin

Cobarde

"What am I gonna do with you?
I try to forget you but every time I see you...
Here we are again".

Como caricia accidental al rozarte, 
Suave, breve, detenida en un instante...
Así se sintió besarte:
Un error tan corto que no pudo lamentarse.
¡Abriste los ojos y estaban tan brillantes!
Tu ilusa sonrisa iluminaba todo el parque
Y yo ni te hablaba; yo estaba en Buenos Aires.

Como desde que murió mi perro no amo a animales

No pude sentirte sabiendo que vas a marcharte.
Llámame todas las veces que quieras cobarde.
Señálame con todos los dedos con que me tocaste
Pasando de seda a armadura impenetrable.

Qué dicha hubiera sido besarnos sin que nos viera nadie,

Sonreír como niños, esconder que me despeinaste,
Callar en los pasillos que fui tuya en todas partes,
Extrañarnos toda la noche y tenernos toda la tarde.
¡Vivir, vivir, vivir como siempre me gritaste!
Pero mis besos son de bienvenida y no vas a quedarte.

Hoy no quiero ser pasado de nadie

Ni atraparte en mi vorágine.
Vete antes de que sea tarde,
No me ames, no me ames.
No serás cicatriz en mi carne:
Llámame todas las veces que quieras cobarde.