Destacado

La Marea

La inscripción lapidaria, aquel epitafio promesa envejece en las grietas de mis piedras: “El poema eres tú” fue acaso mi última certeza.  Se...

Compañeros de prision

Clavó sus ojos en accidental belleza,
Apostó sus pocas monedas y se le acercó,
Se conformó con ojos apenas de herencia,
Con sombra, agua y galletas le hidrató.

Compartían la misma bandera que ninguno escogió;
Un mismo propósito los unió y los encarceló.
Quizá fue el sacrificio y la impaciencia
O por tantos ritos no decifró
Las raras piezas de la criatura en cuestión:
Un símbolo de atea,
Un libro de poemas
Y una estrella de rock:
Ajena combinación.

Aliviaron el dolor de sus piernas
Pero murió la conversación.
Ella escribía donde pudiera,
Él se perdía en una canción.
Compartieron una condena entera,
No se tocan ni se besan;
Ella en su nube, él en su tierra,
Pero en el sol de la frontera
Y en el frío de la prisión
Cada sorbo de agua compartida 
Les supo a amor, les supo a amor.
Un amor que sólo entendían ellos dos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario