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La Marea

La inscripción lapidaria, aquel epitafio promesa envejece en las grietas de mis piedras: “El poema eres tú” fue acaso mi última certeza.  Se...

Capricho mío

Nótese que puedo contar con mis dedos las veces que nos vimos, 
más no los poemas que te he escrito. 

Los poemas de mis dedos, nuestro nuevo recinto de recuerdo y deseo, 
de pasado y destino; 
arte de saber vivir sin ti soñando deja vus contigo. 

Que si tu voz, que si tus ojos
¿Cuánto te lo he dicho?
Ya casi los maldigo.
Me parten los rayos 
y quedan intactos
mis dedos invictos.‎
Narrando tus labios
te invoco, te permito;
callando el delirio,
te descarto y te prohíbo.

Tú, último beso mío, 
de un color tan parecido 
a ese otoño perfecto, 
capricho de mi nostalgia,
petricor del suelo frío:
agridulce vicio de quererte lejos
y dejarlo por escrito...‎
Nada fue en vano si me has leído.


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