Los disparos de tus labios
detonaron el más largo adiós...
A ellos debo diez poemas de un dolor,
pólvora residual de mis besos escasos,
la lentitud de mis pasos
y un conato de canción.
Los disparos de tus labios
ocuparon mi piel y mi espacio
ocuparon mi piel y mi espacio
sin lugar a nuevas cicatrices,
pues desde que te fuiste
cuando me cortan te sangro a vos.
Los disparos de tus labios
han penetrado mis sueños
con el más viejo temor,
con el más viejo temor,
han entumecido mi cuerpo
preso del terror
diluyendo ríos de recuerdo
llanto y rencor.
llanto y rencor.
Por los disparos de tu voz
nunca sabrás cuánto te pienso;
mi único disparo es el silencio
aunque nos mate a los dos.
Sé que esperas que escriba con delicadeza y no soy así, por eso todos tus poemas he leído, y prefiero no comentar, pero en este caso lo siento, me duele tu dolor, los disparos de sus labios solo te hieren, no te mataron, pero él se suicidó...
ResponderEliminarLas emociones son efímeras y muchas veces los recursos del autor son más fieles al poema que a la realidad que los inspiró. Un abrazo
EliminarNo fue a mi y me dolió! Este poema está hermoso. Me encantó.
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