Acaso mi reflejo en tu espejo,
Testigo atento de tus ojos
Que tan pocos advirtieron,
Verdad dulce de tu voz;
Lo que un día nos unió,
Si no ha muerto, se rompió.
Qué breve el perdón...
No sé lo que es,
Pero algo cambió;
Te veo nublado
Cual rostro extraño
Sin manos ni pies,
Y oigo lejano
El verbo espontáneo de ayer:
No somos uno ni dos ni tres.
Sin musa delirante
Ni prosa relevante
Tu tiempo terminó,
Mutando en su paso
El fervor y el encanto
En buena educación.
Qué frágil el amor
O como quieras llamarlo,
Pero algo se rompió...
Quizá sólo fui yo
Al debut de tus disparos,
Presa del horror.
Adiós.
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