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La Marea

La inscripción lapidaria, aquel epitafio promesa envejece en las grietas de mis piedras: “El poema eres tú” fue acaso mi última certeza.  Se...

Tu llegada

Tu llegada encanta el bosque ante mi puerta,
Tu palabra desaparece las bestias al acecho,
Acortas el trayecto entre el sótano y el cielo
Y tus virtudes enaltecen la belleza del poema.

Por ti, esperar vale la pena.
Indigna de que me llames princesa,
Rebelde y consumada atea,
Bendigo el castillo que me creas.

¿Cómo te cuido el corazón de mi pena?
Sentirte con la mente aunque mi cuerpo no pueda,
Volver a ser tuya aunque nunca me tengas,
Bastarte con el consuelo de nuestra brecha:
Saber que existes y que me piensas.

Perdóname si te rompo el corazón;
Yo encederé una vela en tu ausencia.
Pospongamos la cordura y la razón
O desprecia mi exceso y mi carencia,
Pero debo recibirte con un poema.
Bienvenido, amante mío en las letras,
Tu llegada me eleva enhorabuena.

2 comentarios:

  1. Cuantas evocaciones me invaden leyéndote, segunda vez que tus letras resuenan con mi pasado.

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